jueves, 17 de septiembre de 2015

Hacías inmortal todo lo que tocabas


Maldita manía de asociar bañeras contigo


Yo iba directa a un agujero negro.
Era mi camino pero te encontré allí tumbado. Al lado de ese agujero, sin rozarlo. 
Tú creías en todo lo que la libertad dictaba, yo tenía fé en ti por encima de todo. 
Pero parecía que no creías en la realidad. En las personas de la tierra, en quien te miraba cuando tú no escuchabas. 
Y se te olvidó llamarme.
Y se me olvidó que en el fondo lo sabía.
Te pasaste años ahí como una pared que no pude ni intentar hablarte. 
Yo pasé todos esos años escribiendo todos tus pensamientos. Bueno, los que me dejaste ver cuando no huías.
Dijiste que salías a dar un paseo, que no era un adiós que era un hasta luego.
Pero eso fue hace dos semanas y ahora, paso el tiempo contando las páginas de una biblia de bolsillo que yo misma escribí, que tú tienes en la suma de tu bandeja de entrada. 
Y te olvidaste de llamarme. Imagino que salvando otras vidas u otros caminos que fueran directos al agujero negro. Lo tenías fácil, solo tenías que estar ahí tumbado hasta que alguien pasara cerca y te dejará calado. 
Y se le olvidó llamarme.
Así es como funciona.
Se queda ahí, como una foto en tus manos que no puedes explicarte a ti mismo…


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